Los 1.000 primeros días de vida pueden configurar el futuro de un niño. Tenemos solo una oportunidad de hacerlo bien
Los primeros años de vida tienen una gran repercusión en el futuro de un niño: en su desarrollo cerebral, en su salud, su felicidad, su capacidad de aprender en la escuela, su bienestar e incluso la cantidad de dinero que ganará cuando sea adulto.
En esta etapa formativa de la vida, el cerebro de un bebé puede formar más de un millón de conexiones neuronales nuevas por segundo; un ritmo que nunca vuelve a alcanzar.
La primera infancia importa. Por eso, una alimentación adecuada, los estímulos y la atención (o, en otras palabras, “comer, jugar y amar”) son esenciales para el desarrollo del cerebro del bebé en sus primeros 1.000 días de vida.
La campaña La Primera Infancia Importa de UNICEF tiene la finalidad de concienciar acerca de la importancia del desarrollo sano del cerebro en los primeros años de vida; aumentar las inversiones de gobiernos y empresas en programas, políticas y servicios para el desarrollo de la primera infancia; así como de ayudar a madres, padres y cuidadores a darles a sus hijos el mejor comienzo en la vida.
REESTRUCTURAR EL LUGAR DE TRABAJO PARA ADAPTARLO A LA FAMILIA: qué pueden hacer gobiernos y empresas
Invertir en políticas favorables a la familia es bueno para la propia familia, para las empresas y para la economía. Sin embargo, para muchos padres de todo el mundo, políticas como licencias parentales remuneradas, pausas para la lactancia materna, servicios de atención a los niños y subsidios para los hijos, no son una realidad.
La falta de este tipo de políticas dificulta la capacidad de madres y padres para crear un vínculo con sus bebés en los primeros y fundamentales años de vida: las pruebas demuestran que se trata de un periodo en el que la combinación de una nutrición adecuada, un ambiente de cariño y unos cuidados estimulantes pueden fortalecer el cerebro en desarrollo del bebé y concederle el mejor comienzo de vida.
Las políticas favorables a la familia no solo se traducen en niños más sanos y mejor educados, más igualdad de género y un crecimiento más sostenible, sino que también se asocian al aumento de la productividad de los trabajadores y de las posibilidades de atraer, motivar y conservar empleados.
La buena noticia es que el impulso para el cambio es cada vez mayor: cada vez más empresas están empezando a apreciar el valor de ofrecer políticas favorables a la familia.
No obstante, los avances en materia de políticas y empresa van demasiado lentos. Es absolutamente necesario destinar más fondos a políticas favorables para la familia: es bueno para los niños, para las mujeres, para las empresas y para la economía.
UNICEF insta a gobiernos y empresas a reestructurar los lugares de trabajo del futuro y a facilitar que las madres y padres puedan ofrecer a sus hijos el mejor comienzo de vida, lo cual sería un estímulo para la productividad y el empoderamiento de las mujeres.
Suficientes permisos remunerados para madres, padres y cuidadores, tanto en la economía formal como en la informal, para satisfacer las necesidades de sus hijos pequeños. Esto incluye permisos remunerados por maternidad y paternidad, así como para cuidar de niños pequeños enfermos.
Apoyar la capacidad de las madres de amamantar exclusivamente durante seis meses, como recomiendan las normas mundiales aprobadas, y de seguir amamantando durante el tiempo que deseen.
Garantizar que todos los niños tengan acceso a servicios de guardería y educación temprana asequibles y de calidad.
Proporcionar subsidios por los hijos y salarios adecuados para ayudar a las familias a mantener a sus hijos pequeños.
FUENTE, UNICEF
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